y ahora, ¿qué?

Una vez realizada la comisión de investigación sobre las tarjetas black, sentirnos avergonzados y pedir disculpas, hay que dar los siguientes pasos. Comisiones Obreras no podemos volver a permitirnos que ya sea a nivel confederal, federal o territorial nos vuelvan a sonrojar y a tildar a todos por la “gestión” de unos pocos.

Con el tema de los ERE´s de Andalucia, por ejemplo se actuó con una tibieza – a mi parecer – desesperante, y después de una investigación interna… nada, todo siguió igual. Se plantearon unas auditorías externas concienzudas y de muchos años atrás a todas las organizaciones, pero como amaino el temporal, no hemos vuelto a saber de ellas.

Ahora, después de las tarjetas de la vergüenza, y muchos meses después, se toma la decisión de dar de baja cautelar a los afectados y, he aquí, que se dan cuenta que esa figura no la recogen los estatutos y menos mal, que han sido ellos los que voluntariamente lo han hecho.

Creo que es ahora o nunca cuando o se actúa, se cambian los estatutos y las formas de gestionar, o a los que pertenecemos y defendemos honradamente a las Comisiones Obreras nos volverán a sonrojar.
Creo que son urgentes las auditorías externas, en las que tanto si hay cosas ilegales, como si no son éticas se debería actuar con contundencia. Pero para ello urge realizar diferentes conferencias para modificar los estatutos, no solo para las suspensiones cautelares, sino que es indispensable que a los /las secretarios/as generales de todas las estructuras seamos elegidos por sufragio directo de los afiliados. Ha de ser la afiliación la que elija a sus líderes de manera directa, y que estos demos cuenta de los hechos y por hacer a los que pagan las cuotas.

Como leía el otro día, que nadie use a las Comisiones Obreras para su beneficio propio. Que nadie haga del sindicalismo una dedicación exclusiva, que nadie venga a Comisiones Obreras a cobrar más de lo que cobra en su puesto de trabajo, y por qué no, que nadie pueda ser dirigente o “liberado” de Comisiones Obreras sin tener una experiencia profesional mínima en el mundo laboral de cinco años,

Y ahora, ¿qué? Nos tomamos en serio lo que ocurre, y tratamos a todos con la misma dureza. 

Modificamos todo lo que no funciona. Exploramos nuestras cuentas de los últimos 15 años,.. o nos damos una pátina de pureza que nos la despeguen con el siguiente escándalo.

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